NUESTRO FUNDADOR HOWARD WEINSTEIN

Howard Weinstein explica más acerca de Solar Ear en el video hecho por el Tech Awards, premio recibido en la categoría de Desarrollo Económico en el 2009.

PRESENTANDO AUDÍFONOS MOVIDOS A ENERGÍA SOLAR

DEL EQUIPO DE NEWSWEEK 3/5/08 10:31

Es una larga distancia de Montreal a Otse, una pequeña ciudad en el interior de Botswana. Pero Howard Weinstein, 57, está feliz por haber hecho el viaje. Hace cinco años, cuando llegó por primera vez en esta comunidad árida de 3.500 habitantes a las orillas del desierto de Kalahari, el ejecutivo aposentado canadiense sabía que no sería como se hubiera de ferias. Sin embargo, Weinstein respiró fundo; todo lo que le gustaría era un lugar donde pudiera poner su vida en orden de nuevo. La ONG World University Service de Canadá lo había enviado para Otse. Su misión era establecer una empresa que fornecería audífonos con precio accesible para africanos con deficiencia auditiva. Solo que había un problema: para los parámetros africanos, no existían audífonos que fueran accesibles. La población de Otse parecía no tener capacidad de comprar una cosa cualquiera. “Mi oficina era una sala con algunas sillas y ningún equipo”, se recuerda Weinstein. “Nosotros estábamos empezando desde cero.” Era exactamente lo que él estaba buscando.

El primer desafío era la tecnología. En Canadá, Weinstein había ganado bastante dinero en el mercado de tubos y conexiones. Podría hablar todo acerca de casquillos y bidés, pero no sabía nada de audiología. “Yo no sabía la diferencia entre decibel y Tinkerbell (personaje Campanita, de Disney, en inglés)”, confesa. Aun así, él no necesitaba ser graduado en fisiología para entender el alcance de un problema. La Organización Mundial de Salud afirma que existen aproximadamente 250 millones de deficientes auditivos en todo el mundo, siendo que dos tercios de ellos viven en países en desarrollo. Y aún así, menos de 10 millones de audífonos son producidos todos los años. ¿Por qué? “Baterías,” dice Weinstein. “Ellas cuestan US$1 cada una y duran más o menos una semana.” Es un precio prohibitivo para países en que US$1 por día frecuentemente es el salario promedio. Mismo que se donara audífonos comunes, muchos usuarios no tendrían condiciones de mantenerlos funcionando. “Personas pobres en África, América Latina y Asia usan el audífono hasta que la batería se acabe, poniéndola después en la gaveta o para vender”, afirma Weinstein. “Si se lograra llegar en una solución, sería posible impactar millones de vidas”.

Weinstein sabía lo que tenía que hacer: cambiar el modelo de negocio. Usando su experiencia adquirida durante años el el mundo corporativo, empezó a hacer llamadas, charlar con inversores, consultar especialistas en electrónica y regatear con fabricantes. Logró una inversión pequeña de la organización estadounidense African Development Foundation (Fundación para el Desarrollo Africano) y, con la ayuda de geeks en electrónica y ejecutivos de la industria dispuestos a reducir su rentabilidad, logró presentar algo nuevo: un audífono barato y movido a baterías recargables con energía solar. Parecía simple y suficiente — una pieza de plástico en forma de anacardo para ser puesta detrás de la orilla — pero que costaba menos que US$100, un quinto del precio del audífono más barato en el mercado. Las baterías recargables, con costo de US$1 cada una, duran de dos a tres anos. Sin embargo, nada de esto tendría mucha utilidad si no tuviera una fuente de energía confiable. De esta forma, entonces, acabó por desenvolver un cargador de bolsillo que tanto puede ser enchufado como ser usado con energía solar.

Weinstein aprovechó también otra fuente de energía que es poco utilizada: personas sordas. “Como la competencia en el lenguaje de señales necesita de una coordinación aguzada de los ojos y de las manos, personas sordas son ideales para soldaduras precisas y para trabajar con componentes microelectrónicos que son utilizados en la fabricación de audífonos”, comenta. Hoy, la oficina en el semiárido africano que se quedaba casi vacía, se tornó en un centro de un próspero emprendimiento sin fines lucrativos. Alrededor de 20.000 personas en 30 países ya usan los audífonos de Solar Ear, además de sus cargadores y baterías. Con inversiones de Ashoka y de Lemelson Foundation, Weinstein está trabajando con ingenieros de la Universidad de São Paulo en una segunda generación de audífonos digitales. Él ve a Brasil como una base para Latino América y planea establecer otra organización sin fines lucrativos en Jordania para llegar a todo el Medio Oriente. Después de esto, será la vez de China e India. Al todo, espera dar empleo a 1.000 sordos en los próximos tres a cinco años.

Apenas algunos años atrás, la filantropía era la última de las preocupaciones de Weinstein. Él transformara válvulas y grifos en un negocio importante y lo vendiera para una empresa en la lista de Fortune 500, se quedando como presidente. En el inicio de los años 1990, alcanzó un padrón de vida que a muchas personas solamente soñarían en tenerlo un día, con una casa grande en Montreal y una casa de campo con lago en la frente y pista de esquí como patio trasero. Sin embargo, su mundo se ha venido abajo en una noche en 1995: su hija de 10 años, Sarah, sufrió un aneurisma cerebral y se murió durmiendo. “Me quedé devastado”, confesa. Él fue despedido, pasó duramente por psicoterapia, empezó una nueva empresa, pero perdió su rumo y fue a la quiebra. “Nada más parecía hacer sentido”, admite. En 2001, cuando oído hablar de un empleo de US$1,000 mensuales para ayudar pobres africanos, prontamente lo aceptó. “Los africanos dicen que la bendición camina junto con la herida”, dice. “Yo sabía que esto era mi destino.”

Convencer la industria era otro desafío. Todo el dinero invertido en audífonos estaba direccionado para consumidores de alta renda, que pagan de US$500 hasta US$10.000 por audífono. Hacer con que gigantes de electrónicos entraran en mercados de bajo costo era lo mismo que persuadir grandes farmacéuticas a desarrollar medicinas de punta a precios accesibles para tratar malaria, tuberculosis, HIV y otras “enfermedades de pobre”. Pero donde otros veían solo dificultades, Weinstein veía una nueva oportunidad. También lo vieron Sam Mok y Dan Carlson, de Sound Design Technologies, una empresa basada en Toronto con facturación de US$40 millones/año que produce microprocesadores usados en las marcas más reconocidas de audífonos. Ellos se apresuran a decir que hicieran algo además de se molestaren con caridad, cuando decidieron recientemente a juntarse con Weinstein. “Seamos claros. Su modelo de negocios es basado en personas fuera de la economía formal”, dice Carlson, que está ayudando también a dibujar y mejorar un nuevo audífono digital. “Puede ser que usted no haga mucho dinero ahora, pero si persistir, estos mercados son tan grandes que ciertamente la base de consumidores irá crecer.” Un argumento como este podría convencer hasta lo más frío de los inversores.

Howard Weinstein

Fundador

Howard hizo MBA en la Universidad de Syracuse en los EE.UU., estudiando en particular problemas de protección del consumidor, antes de trabajar en diversas empresas del sector privado, incluyendo la empresa de tubos e conexiones de su padre. Un punto de inflexión en la vida de Howard fue la muerte inesperada de su hija de 10 años. Una semana después, la empresa en que trabajaba, Belanger Plumbing, lo despidió. Howard intentó se recuperar de la pérdida profesional creando una nueva empresa, pero aquel evento trágico había cambiado su concepción del mundo corporativo y su papel en ello. Decidió trabajar fuera del país y se tornó voluntario de la World University Service de Canadá para trabajar en la comunidad para personas deficientes Camp Hill Community Trust en Botswana. Durante cuatro años en Camp Hill, Howard implantó una startup llamada Godisa Technologies, en la cual dio empleo a personas con deficiencia auditiva y física, principalmente mujeres, entrenándolas en las habilidades necesarias para realizar sus tareas y también en su auto-estima y confianza, conquistadas por el trabajo. En Godisa, Howard desarrolló tres nuevos productos: un aparato auditivo movido a energía solar, un cargador solar analógico y una batería recargable. Howard fue capaz de volver su atención para ayudar personas con deficiencia auditiva, empezando por sus empleados, integrándolos en la sociedad.

Después de cuatro años en Botswana, Howard se movió para Brasil para replicar su modelo de negocios y lanzar Solar Ear como un negocio social global de aparatos auditivos.

Cibelly Saboya

Audióloga

Cibelly es audióloga y responsable por el entrenamiento y por los aparatos auditivos fabricados en Solar Ear Brasil.

Raquel Nobre

Audióloga

Raquel es audióloga con pos-graduación por PUC/SP y especialización en audiologia clinica y educacional por HRAC/USP.


Gerardo Murillo

Director de Tecnología

Gerardo Murillo es un especialista en tecnologías conectadas a audición y habla y es apasionado por soluciones innovadoras y económicas con desarrollo cooperativo para poblaciones carentes. Es graduado en ingeniería acústica y de telecomunicaciones, además del título de Doctorado en percepción y producción del habla. Trabajó en los sectores público y privado en laboratorios de pesquisa y tiene larga experiencia en la industria de electrónicos en el campo auditivo. Recientemente, terminó una especialización en audiología en la escuela médica de la Universidad de Lyon-1, Francia.

James Frank

Desarrollo de Negocios

James Frank es un consultor de marketing y desarrollo de negocios. Empezó temprano en su carrera a se especializar en el desarrollo de estrategias de entrada en nuevos mercados para empresas de tecnología o en el re-dibujo de la manera como actúan en el mercado. En los últimos 15 años, las estrategias estructuradas por James permitieron a empresas startup o entre las de la lista de Fortune 500 a alcanzaren sus metas corporativas. En Norsat, desenvolvió e implantó la estrategia de entrada de la comunicación militar en el mercado asiático. Ya en Fujitsu, definió el re-dibujó de la entrada en el mercado de movilidad para minoristas y social clienteling. Es graduado en la Universidad de Concordia en el departamento de comercio, teniendo bachillerato también en Administración de Sistemas de Información y en la secundaria en Filosofía. James actualmente hace consultoría para diversas empresas startup de tecnología, ayudándolas a afinar sus planes de negocio y traer sus ideas para el mercado.

Antonio Pedro Alves

Marketing y Branding

Antonio Pedro es un ejecutivo de marketing con más de 15 años de experiencia en marketing, branding, publicidad, estrategia, internet, innovación y startup. Tiene un amplio conocimiento de los mercados de bienes de consumo, salud y belleza y minorista, trabajando para grandes multinacionales, como Newell Rubbermaid, Avon, Reckitt Benckiser y Walmart. Además de esto, Antonio Pedro lanzó dos startups estructurando sus planes de negocio e ejecutándolos como CEO. Graduado en Administración por FGV y con MBA en Marketing por USP, Antonio Pedro actualmente ayuda empresas para que sean bien exitosas en el mercado con planes 360° excepcionales de marketing y branding.

Romina Frazzetta

Redes Sociales y Internet

Romina tiene un conocimiento profundo y 10 años de experiencia en comunicación, incluyendo acciones de desarrollo de marca, planeamiento estratégico y comunicación 360°. Proficiente en marketing digital, redes sociales, adnetworks y publicidades programáticas, tácticas de retargeting y experiencia en interfaces de experiencia del usuario y estrategias de usabilidad. Especialista en el desarrollo de campañas integradas entre múltiplos puntos de contacto (online & offline). Romina es graduada en la Universidad de San Andres en Argentina y hizo MBA en Marketing en la FGV.

Rafael Estevam

Webdesigner

Rafael es webdesigner y designer gráfico con experiencia extensa en el mercado. Tiene conocimiento profundo de herramientas de creación y edición como Adobe Photoshop, Adobe Illustrator, Adobe InDesign, Adobe Dreamweaver y Corel Draw, además de ser especialista en HTML, CSS, Twitter Bootstrap, Foundation y Wordpress. Rafael es graduado por la Universidad Paulista como designer gráfico y gerencia su propia empresa de webdesign, Estevam Design.